Maternidad consciente y el trabajo: por qué estar en casa no equivale a ser una mamá verdaderamente presente
- Andreina Urbina

- Aug 14
- 3 min read
Updated: Aug 15
En la cultura latina, hemos crecido con la creencia de que una madre presente es aquella que se queda en casa, dedicada al cuidado del hogar.Durante años, yo misma idealicé esa imagen. Admiraba a mi madre por sus logros en el trabajo, pero en el fondo sentía envidia de mis amigas cuyas mamás estaban siempre en casa, convencida de que eso significaba que compartían más tiempo y amor.
Con el tiempo, compré esa idea como una verdad absoluta: ser mamá en casa era igual a ser una mamá presente. Sin embargo, la maternidad consciente me enseñó que no siempre es así.

El peso de la culpa al volver a trabajar
Cuando me convertí en mamá, mi mayor reto fue regresar al mundo laboral. La culpa me acompañaba cada mañana, como si al trabajar estuviera abandonando a mis hijos.
Busqué opciones que me permitieran “estar” con ellos físicamente...
Mi primera opción fue trabajar en una guardería. En teoría, sonaba perfecto: mis hijos y yo en el mismo sitio. La realidad fue distinta. Aunque mi hijo sabía que yo estaba cerca, rara vez estábamos juntos. Escuchaba su llanto desde otra sala mientras yo atendía mis responsabilidades. La distancia emocional dolía más que la física.
Ese plan no funcionó.

El mito de trabajar desde casa
Pensé que la solución sería trabajar desde casa. La idea sonaba perfecta: estar con mis hijos y generar ingresos. Pero la realidad fue otra.
Mi cuerpo estaba encerrado en una habitación frente a la computadora, mi mente enfocada en conseguir clientes, y mis hijos, al otro lado de la puerta, seguían sin tenerme presente de verdad.
La rutina se volvió un ciclo agotador: terminar de trabajar a las 5:30, preparar la cena, cocinar para el día siguiente, y a las 7 de la noche comenzar la carrera para que se bañaran y estuvieran en la cama a las 8. El sueño de “estar en casa” se convirtió en otro tipo de ausencia.
El despertar hacia una maternidad consciente
Un día me di cuenta: el plan de trabajar desde casa para “estar más cerca” era solo un mito. Decidí dejar mi trabajo de 8 a 5 y comenzar mi propio proyecto.
Fue en ese proceso que, como coach transpersonal, entrevisté a muchas mujeres hijas de amas de casa. La mayoría no recordaba a sus madres como mujeres presentes. Las describían como cocineras, mujeres cansadas, amargadas, o demasiado ocupadas en las tareas del hogar como para conectar emocionalmente con ellas.
Ese fue mi momento de revelación: La presencia real no depende de si trabajas fuera o dentro de casa, sino de la calidad del tiempo que compartes y de la conexión emocional que construyes con tus hijos.
Conectar es más importante que estar físicamente
La maternidad consciente me enseñó que “estar” no es solo ocupar el mismo espacio físico. Es mirar a los ojos, escuchar sin distracciones, jugar, conversar y compartir momentos que nutren la relación.
Estar en casa no garantiza cercanía emocional. La verdadera presencia requiere intención, atención plena y un compromiso diario de conexión.
No importa si trabajas, si emprendes o si cuidas el hogar: Lo que importa es cómo te vinculas con tus hijos.
Conclusión

La maternidad consciente es un recordatorio de que nuestros hijos no necesitan una madre que esté las 24 horas físicamente presente, sino una madre que esté disponible emocionalmente.
No se trata de cuántas horas pasas junto a ellos, sino de la calidad de esos momentos. El amor, la atención y la conexión consciente son el verdadero regalo que les podemos dar.





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